El Senderismo Se Cuela En Las Fiestas De San Antón De Villamalea

Del 15 al 18 de enero se celebran en Villamalea las tradicionales fiestas de San Antón, ese santo que da por cerradas las festividades navideñas en el acervo cultural y refranero, con el permiso de San Blas. Y este San Antón, el plato fuerte del programa de fiestas será el senderismo.

El Ayuntamiento de Villamalea, junto al Grupo de Senderismo Trotamontes, la Cooperativa Vitivinosy Quesos La Rueda del Cabriel ha organizado una interesante ruta para el domingo por la mañana(17 de enero, 9.00 h. Plaza Alfonso XII). Para participar no es necesario inscribirse, solo ser puntuales y madrugadores, sobre todo si vienes desde fuera de la comarca, o desde uno de sus puntos más alejados a Villamalea. Su duración rondará los 8 km de distancia y las dos horas y media en tiempo. Habrá que darse prisa, ya que hay que volver a Villamalea sobre las 12.00 para iniciar la visita guiada a las Bodegas Vitivinos y la cata de vino y Quesos La Rueda del Cabriel con la que acaba la actividad.

La ruta del domingo en Villamalea además circulará principalmente por una de las rutas de nuestra App “100 Senderos en La Manchuela” de mayor sabor a Cabriel: el Sendero de la Cueva de los Ángeles. Una interesante ruta circular que atraviesa algunos de los parajes más representativos del monte de La Derrubiada de Villamalea y cuyo inicio nosotros tememos fijado en la fuente de la Ermita de San Antón.

En esta, tras andochear rambla arriba y rambla abajo, acabamos acercándonos a la Cueva de Los Ángeles, un rincón encantador por la combinación de agua, roca y vegetación. Otro de los principales encantos de esta senda son las denominadas Carrilas, punto de interés arqueológico conformado por las huellas de un camino, probablemente pre-romano. Nuestro itinerario se topa con diferentes restos de la frustrada línea ferroviaria Baeza-Utiel.

Otros atractivos de esta ruta son El Molinico, un edificio en ruinas del siglo XVI de grandes dimensiones, que posiblemente funcionó como molino batanero para la elaboración de telas de lana, un ejemplo perfecto de la utilización de la fuerza del agua en labores preindustriales; y la Carrasca de la Casa Cañá, una gran encina singular de 15 metros de altura, con ramas de 2 metros de perímetro, algunas de 3 y que hoy en día suponen auténticas islas de biodiversidad y fauna que resultan muy beneficiosos para los cultivos, ya que esta incluye a aves e insectos depredadoras de plagas y parásitos.