Un paseo por la Hoz del Júcar: Ermita de San Benito, Valdeganga

En esta ocasión nos desplazamos hasta la Manchuela de Albacete, a la localidad de Valdeganga donde se puede disfrutar de la tranquilidad y paz de la vida rural.

Ofrece a sus visitantes numerosas posibilidades, centrándose en aquellas que tienen que ver con la naturaleza.

Es por eso que hoy, te proponemos una ruta que no te dejará indiferente: la Ruta hasta la Ermita de San Benito.

La ruta

Comenzaremos la ruta en una pequeña zona al lado del río, donde se puede disfrutar de un día en familia y con amigos, ya sea para refrescarse en el río o de un increíble pícnic.

Siguiendo el camino que queda a la derecha del río, llegaremos a las ruinas de la Ermita de San Benito, mientras disfrutamos de los preciosos parajes y las huertas de la zona.

Solo hay que andar 3 kilómetros para llegar hasta esta antigua arquitectura, la cual tiene el privilegio de ser los restos hallados más antiguos de esta localidad de La Manchuela.

Una arquitectura del siglo XIV

No se conoce la fecha de construcción de esta Ermita, sin embargo, la arquitectura de los restos que allí quedan, nos da información acerca de cuándo podría datar su origen.

La apariencia apuntada de los arcos de la Ermita, característica del gótico, época que se centra en los siglos XII y XV, pueden acercarnos a la fecha exacta de su construcción.

Los materiales que se aprecian en los arcos de la ermita son piedra caliza y argamasa, una mezcla de arena, cenizas, cal y agua, aunque después enlucidos con yeso. Los muros exteriores, que solo se pueden ver entre los arcos y los contrafuertes de piedra, fueron construidos con tapial.

Además, cerca de la ermita se pueden ver restos de unas paredes enlucidas que podrían ser restos de un monasterio que había por aquella zona.

Curiosidades

Se cuenta que la estatua de San Benito, que se encontraba en esta ermita, era una talla de madera que se conservó durante muchos años en la Iglesia de la Purísima Concepción de Valdeganga y que finalmente fue vendida.

Otros, dice que fue robada, que desapareció sin dejar rastro y que aquel que la robó debió esconderla muy bien porque nunca jamás fue encontrada.

De todas las maneras, fuese robada o vendida, perdió su total importancia, llegando al estado de ruinas en el que se encuentra actualmente, aunque hemos de decir, que también tienen su encanto.